la curva se amplía
a medida que la abordo
no llega nunca la recta la curva
me resulta inabarcable
así siento la vida
esto que te dan un día
esto que te dejan en usufructo
y donde no hay más
que una dirección obligada
la curva: o te inclinas
en el sentido que se abre
o te despeñas
y acaso ese es mi destino




me siento increpado por el adoquinado desigual
camino de la estación donde los guardagujas me esperan
y los mozos de cuerda y las últimas trabajadoras de la calle
para tomarnos el café habitual de todas las madrugadas
el chapoteo de la lluvia se mete por las perneras de mis pantalones y está fría
pero más escuece la araña de coñac más
hasta hacerme despertar del sueño para desembocar donde no me espera nadie