circulan las luces y los tranvías rasgan por inercia las arterias ciegas
serpentean calles como túneles y recogen almas
como bultos y al pasar por la plaza vieja un destello desvía mi mirada triste
algo brota desde un rostro no extraño del todo y una mano y un grito
que es un alma que es una gracilidad se agita tratando de ser reconocida
y debía ser ella debía ser la noche que cerraba mis párpados
(tengo que revisar este poema y corregir o así no podré entregarlo a la revista)